Hay motivos primigenios por los cuales
somos quienes somos y cosas que hacen que hagamos lo que hacemos. En
mi caso, el principal motivo por el cual soy el aventurero que soy y
he podido soñar y posteriormente realizar la vida que llevo es por
mis padres, ambos aventureros natos, que me han llevado de aventura
en aventura posible desde el momento en que nací y me han criado
para no tenerle miedo a nada, o mejor dicho, para no vivir el miedo
con terror y poder avanzar con seguridad sobre los terrenos más
desconocidos que pudiera enfrentar, al mismo tiempo alimentando una
sed de descubrimiento y aprendizaje que nunca se sacia.
Las absurdas ironías de la vida, las
odiosas jugarretas del destino y quién sabe cuantas más
explicaciones sin fin, hicieron que hoy no estén juntos, así que
como primera visita en nuestra larga rodada por el mundo, hemos
recibido a mi padre, el más grande entre todos los padres (disculpen
la falta de modestia pero es que realmente no la tengo para esto :))
con quién es un verdadero placer viajar, ya que con él no hay
limitaciones.
Julia y yo dejamos nuestras bicis
descansando en Manila en la casa de nuestro padrino Allen y nos
lanzamos los tres a viajar por la remota isla de Palawan por dos
semanas.
Hasta hace tan sólo unos 3-4 años,
Palawan era uno de esos paraísos idílicos, aislados de todo y con
turismo casi inexistente. Muchas partes de la isla aún conservan
esas características idílicas pero lamentablemente ya ha sido
descubierto por los dañinos colmillos del turismo y muchas partes de
la misma están sufriendo una increíble transformación negativa.
Palawan tiene aún eternas extensiones
de playas vírgenes y aguas cristalinas sobre las cuales yacen
pueblitos pesqueros muy sencillos donde el tiempo no pasa, pero sus
lugares famosos están cambiando radicalmente. El Nido es uno de
ellos. Situado en el extremo norte de la isla en el fabuloso
archipielago de Bacuit, El Nido solía ser un pueblo de menos de 10
chozas de paja rodeadas de una selva impenetrable de cocoteras hasta
hace tan sólo 5 años. Hoy sigue siendo un pueblito pequeño con una
infraestructura muy limitada que no alcanza para cubrir el nivel de
la popularidad que ya tiene, pero se perfila a crecer y devenir en
tragedias como Boracay.
En el Nido y sus alrededores de aguas
transparentes e islotes de paredes de roca verticales brotando del
océano como tortugas gigantes invadiendo a la tierra, hemos
presenciado atardeceres de colores surrealistas y refrescantes brisas
en el crepúsculo.
Cada día una pintura diferente
dibujada en el cielo que haría sentir incapaz al más hábil de los
pintores impresionistas. No hay límites para tanta belleza
visual, desborda los sentidos.
Durante el día, las bangkas
parecen flotar en el aire navegando por el archipiélago, porque el
agua es tan transparente que disuelve los límites visuales entre lo
que es lleno y lo que es vacío.
Moverse
por el interior de Palawan es lento y trabajoso, la mayor cantidad de
caminos son aún de tierra, el interior es rigurosamente selvático y
montañoso y lleva horas en jeepneys incomodísimos
a temperaturas ardientes, ir de punto a punto. Port Barton es un
pueblito pesquero de ritmos lentos y andares suaves que se encuentra
en una pequeña bahía paradisíaca donde la espesa selva que hay que
atravesar para llegar allí respira. Una calle de tierra de 300 mts,
unas pocas casitas, poquita gente y una paz prácticamente eterna.
Durante el atardecer, el tiempo avanza en cámara lenta
Y al caer la noche todo parece quedar
pausado para siempre
Ojalá hubiera manera de preservar
estos pequeños paraísos del manoseo del turismo en masa y dejarlos
para siempre como son, yo mismo sacrificaría visitarlos para
dejarlos como lo que son y no tener impacto sobre ellos.
Hemos viajado como tres mosqueteros,
rodando caminos incómodos y deslumbrándonos con los espectáculos
que este mundo tiene para darnos y para mí, nada más especial que
viajar por el mundo con mi viejo, algo que disfruto como cuando iba
de niño sentado en el asiento del auto detrás suyo viendo por la
ventanilla el mundo que él me enseñó a viajar y a admirar con
devoción.
qué trio de gente linda, en todo sentido!
ResponderBorrarsos muy parecido a tu viejo y ahora se entiende de donde te viene la locura, me alegro por esa pausa que se han dado los tres y espero ansioso los 120 kms de torturaaa, jaja no es por mi morbo, es solo para caminar un km mas en mi proxima salida. abrazo.
Qué alegría tener a la familia, no?
ResponderBorrarTu papi es bastante guapo y de hecho no aparenta tener un hijo tan grande.
Julia guapísima, ha cogido un precioso color, es argentina también?
Estaba en el feedly y vi en pequeño la foto tuya con esa cara de felicidad en el medio del agua y me alegró tanto "verte" de nuevo que vine corriendo a tu blog.
Preciosos días de relax, no?
Pues yo ignorante total no había oido nunca hablar de este sitio. Quien como tu que disfrutas de todos estos lugares bellos y te nutres de tanta gente linda.
Las cosas por acá un poco mejor dentro de los males :D, mirando con esperanza hacia el futuro.
Me ha gustado mucho tu post hoy. Saludos a tu gente ;)