Nunca deja de sorprenderme la velocidad a la que puede transformarse un camino. Luego de tres días de cruzar el parque Elizabeth por la sabana, seguida por la selva a lo largo de su bellísimo camino solitario lleno de animales, llegamos finalmente a una remota aldea donde las simpleza del camino plano abruptamente devendría en un infierno de pendientes resbalosas. Comenzaríamos el arduo camino hacia la remota región de los Virungas, aquel misterioso lugar donde Dian Fossey, la f amosa zoóloga estadounidense pasó 18 años estudiando y protegiendo a los gorilas de la montaña.
Andando por los caminos del mundo