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Mostrando las entradas de julio, 2013

¿Cómo despedirse de Indonesia?

Cuatro meses, siete islas, unos 6000 km rodados, y algunas de las experiencias más increíbles vividas hasta el momento en dos ruedas. A pesar de parecer mucho, son cifras prácticamente insignificantes para un país tan vasto. Visto en un mapa, parece relativamente pequeño, pero con sus más de 17.000 islas, unos 300 grupos étnicos, más de 700 lenguajes y dialectos, engaña como pocos. En cuatro meses uno puede tan sólo siquiera comenzar a raspar la superficie de semejante mastodonte de infinita riqueza natural y cultural. 8 meses hubieran sido más apropiados, aunque 1 o 2 años serían lo esencial para conocer realmente Indonesia. Cautiva, atrapa, enamora.

La larga cruzada de Sumatra

Habían sido varias las personas que me habían hablado de Sumatra como "lo mejor de Indonesia", pero la verdad es que luego de más de tres meses de rodar por este país, y de habernos quedado sin aliento una vez tras otra, me resultaba imposible imaginar que podría venir algo aún mejor. Para cuando llegó el momento de alcanzar finalmente dicha isla, iba a tener que venir algo ciertamente impactante para lograr superar a algunos de los lugares más deslumbrantes por los cuales ya habíamos pasado.

Llegar a la ciudad

 Una vez completada nuestra travesía por los volcanes, queríamos que nuestra pasada por Java ocurriera lo más rápido posible. Java, a excepción del espectacular este de la isla, es donde se aglutina la gran mayoría de la población del país, que con 200 millones de habitantes, no es una cifra menor. Java está sobrepoblada. En este aspecto me hizo recordar mucho a las rutas filipinas donde no pasaba más de 1km sin haber gente o asentamientos. Java, además, contiene a la mayor parte de las industrias del país, por ende el tráfico y la polución son altísimos.Finalmente, luego de 3 meses y más  de 4000km por Indonesia rural, habíamos llegado a las grandes ciudades.

En los pulmones del infierno

Los recolectores de azufre del volcán Ijen, en el extremo este de la isla Java, realizan hasta hoy en día, en pleno siglo XXI uno de los trabajos más insalubres e inhumanos del mundo. El trabajo consiste en descender al cráter activo del volcán, donde la tierra expulsa una constante e inconmensurable cantidad de sulfuro, a recoger las rocas de azufre que se forman en la superficie producto de las reacciones químicas del sulfuro con el oxígeno y cargarlas en sus hombros para llevarlas hasta el punto de acopio donde posteriormente las venderán a quienes las pondrán eventualmente en manos de las grandes empresas.

En el anillo de fuego

Con un tiempo tan limitado como 4 meses para recorrer Indonesia, el último lugar del país en el que hubiera perdido al menos un segundo es en Bali. La mera idea de pasar por ahí me daba escalofríos, será por eso que el destino puso a la bicicletería más cercana en nuestra dirección, para poder comprar y reemplazar el componente roto de mi bici, en dónde? Exacto, en Bali. Así es que desde Labuanbajo, nos tomamos el Bukit Tilongkabila, en dirección a Denpasar, capital de la isla. Fueron las últimas 32hs que debíamos pasar en un PELNI en esta travesía y al igual que todas las veces anteriores, fue una experiencia PELNI como la ya descrita en las entradas anteriores. Bajarse en el puerto de Denpasar, fue como bajarse en otro país. Si alguna vez en la historia, Bali fue un paraíso, ahora ciertamente es casi imposible imaginarlo. Nuestra pasada se limitó a ir, del puerto a la bicicletería, y de la bicicletería 140km al oeste para cruzar a Java. Logramos minimizar este bemol a unas 10 h

Flores marchita

Luego de dos semanas tranquilas, esperando que Julia se recupere del todo del maldito dengue, salimos de Kupang cargados de ánimo en camino a Maumere, en la isla volcánica de Flores. Ya ciertamente debíamos cargarnos de ánimos para subirnos a un nuevo PELNI. Esta vez fueron 18 hs solamente pero el barco estaba nuevamente muy lleno. La realidad es que no es tan malo como parece, la gente es siempre muy amigable, pero tantas horas, en un ambiente de tanto hacinamiento se hacen muy pesadas, aunque el hecho de vuelta en la ruta, listos para rodar en Flores, nos llenaba de entusiasmo.

Viajando en el tiempo

La experiencia PELNI Mayo comenzó y terminó con problemas. Ni bien abordamos el Bukit Siguntang a las 23hs en Makassar, entendimos finalmente lo que aquel simpático tripulante que nos había traido desde Kalimantán, nos quería decir con disfrutar de aquel viaje. Es inimaginable el caos que era este barco cuando subimos. Miles de personas ocupando cada rincón del mismo. Los dormitorios comunales sobrepoblados, con gente durmiendo aplastada entre sí, el humo intoxicante del cigarrillo flotando en el aire, montañas de bolsos, paquetes, cajones con frutas y toda clase de porquerías. La gente se amontonaba en cada rincón disponible fuera de los dormitorios, en pasillos, escaleras, acostadas sobre cartones o bolsas de arroz vacías para separarse de un suelo mugriento, los niños y bebés llorando por todas partes, los baños desprendiendo olores corrosivos, se imaginan.....o no? Seguro que no. El único rincón que encontramos fue en el piso del pasillo que conducía a la cocina, un espa