En mis años de viajar, tanto de mochilero como de viajero en bicicleta, me he deslumbrado más de una vez con lo que el mundo tiene para ofrecernos. Sus paisajes, ecosistemas y fenómenos son algunos de los motivos que siempre me mueven a querer ir más allá, ver más y sentir más, e Indonesia, nos recibiría desde el comienzo con una sobredosis de emociones sensoriales, de esas de las cuales es difícil volver atrás. Difícil en el sentido de que luego de derrochar tanta adrenalina durante las experiencias, al dejarlas atrás, uno se pregunta -cómo volveré a sentir algo después de esto?
Andando por los caminos del mundo